Spoiler y te ahorro el click. Está en ver observar y no en hacer.

¡Hola! Bienvenidx a “¿Por qué? No hay por qué”, un newsletter sobre diseño de juegos.

Debe ser que estoy viejo, pero ya aprendí a no confiar en mis ideas. Avanzo lo mínimo indispensable antes de meter mano al primer prototipo, y cuando lo hago, lo hago sabiendo que va a ser chueco. Por que lo más valioso de un primer prototipo es la posibilidad de un segundo prototipo, y así.

Si hacés prototipos te puede interesar, a por ello.


Una primera lectura

No recuerdo la trama del 99% de las películas que vi una sola vez ni de los libros que nunca releí. La comprobación mas clara aparece cada vez que sí releo un libro y encuentro que no había entendido ni la mitad la primera vez. Si lo leo una tercera me doy cuenta de que lo que creí entender la 2da era errado. Y así por siempre.

Pasa algo similar con los manuales (o videos de youtube) de máquinas, es necesario leer completo el capítulo que querés entender antes de buscar la información precisa que necesitas.

Cada vez que creo haber entendido algo al cabo de una primera exposición a cualquier tema pienso en el Efecto Dunning-Kruger:

“…el efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo en virtud del cual los individuos incompetentes tienden a sobreestimar su habilidad, mientras que los individuos altamente competentes tienden a subestimar su habilidad en relación con la de otros.”

Wikipedia

No es la primera vez que menciono este concepto, y no va a ser la última por que es primordial para entender cualquier proceso creativo, especialmente el diseño de juegos. Resistir la tentación a deternos en el camino del conocimiento es imprescindible y reconocer el effecto Dunning-Kurger en nosotros mismos es una herramienta invaluable.

También pienso en Jiddu Krishnamurti, filósofo indio, que dice: “Tan solo puedes asustarte de lo que crees que sabes”. Esa te la dejo y recomiendo cualquier libro de los que contienen trascripciones de sus charlas entre los 30’s y 70’s. Es fuente de inagotable información sobre creatividad.

Jiddu Krishnamurti (1895-1986)

Digo “camino del conocimiento” en un proceso de creación porque, incluso cuando somos nosotros los que estamos diseñando o construyendo, es importante entender que durante gran parte del proceso tenemos que ser observadores de nuestras propias ideas.

Para eso están los prototipos.

El prototipo existe para verlo

El uso principal de los prototipos es probar ideas, pero tienen otro alternativo y valiosísimo que es el de conocer la idea. Nos permiten ver la cosa desde afuera como algo nuevo e independiente de nuestra participación en su concepción.

Al igual que con un libro que nunca leímos, nuestras ideas también contienen elementos que nos son ajenos y a los que nos acercamos verdaderamente por primera vez a través de los prototipos.

El mejor prototipo.

Ese primer prototipo (y los siguientes en menor medida) nos muestra la diferencia entre lo ideal y lo posible, nos enfrenta a limitaciones y ofrece nuevas posibilidades, genera frustraciones y alegrías inesperadas. Pero para que eso pueda darse necesitamos adoptar, en primera instancia, el rol de observadores objetivos ante el prototipo.

Jugar, ver o usar nuestro prototipo equivale a esa primer lectura de un libro, es solo un acercamiento de reconocimiento.

Hago incapié en esto por que es muy común juzgar los prototipo en base a la idea que lo impulsó y no a la ejecución. Ver la idea expresada en esa instacia de desarrollo como algo externo me ayuda a observar y analizar el juego (o lo que fuese) con la necesaria paciencia y la mayor objetividad posible. Entendiendo que para eso existe la instancia de prototipado, para observar.

Por más vívidas o concretas sean las imagenes en nuestra cabeza, el producto final SIEMPRE va a ser diferente. Una de las formas de acostumbrarnos a eso y que el shock sea cada vez menor es, como en todo, entrenarlo. Hay que prototipar todo, probar, desarmar y probar de nuevo.

El prototipo también existe para romperlo

¿Para que sirve un prototipo si no vas a romperlo, desarmarlo y ajustarlo?

Ubicar el prototipo en su lugar, como un elemento mas del proceso (no del producto), lo prepara para su destino final: la destrucción o el olvido. Pero mas importante, nos entrena a nosotros para aceptar que ese es su objetivo y no “encariñarnos” con las distintas iteraciones de cada proyecto.

Una vez que observamos el prototipo, tomamos nota y aprendimos de él toca desarmarlo para usar las piezas o modificarlo hasta que haya algo nuevo para observar o sea necesario crear uno nuevo con lo aprendido.

Por todo esto es que no me apego a mis prototipos, los que van quedando los guardo en algún rincón donde juntan polvo hasta que necesite desarmarlos por una pieza o los encuentre en el futuro y diga “¿Qué estaba pensando cuando hice esto?”. Si pasa eso, es señal de que cumplieron con honores su objetivo.

¿Dónde están tus prototipos?

¡Gracias por leer!